Seguramente Maruja sea una de las pocas amas de casa, cuarentona, que todavía no ha leído
“Cincuenta sombras de Grey”. Ahora que los juguetes sexuales están de moda, las
empresas que los comercializan quieren saber qué tipo de clientes adquieren sus
productos, para ello recurren a las encuestas. Tell me se encarga de organizar las sesiones donde los encuestados debaten
sobre un determinado artículo, después los gratifica económicamente por su
tiempo ya que suelen durar entre cuatro y cinco horas. En el caso de las bolas
chinas decidieron entregar a cada sujeto una caja, debían probarlo durante unos
días en sus casas y después acudir a la reunión prevista para el próximo jueves
a las cuatro en punto de la tarde.
Lunes
Maruja llega a
su casa contenta, en esta ocasión los de las encuestas le han regalado el
producto para que lo pruebe. Se sienta en el sofá y abre la caja. Dos bolas rosas,
unidas por una cinta del mismo color, aparecen ante sus ojos. El rosa no es un
color que le guste especialmente, además no hace juego con su ropa. Pasa la
mano por la cinta y se la coloca en la muñeca, pesa mucho para ser una pulsera,
pero decide dejársela puesta un rato.
Martes
Maruja compra
en la farmacia una venda elástica para la muñeca, después vuelve a casa y se
dispone a preparar una empanada de atún. Con el rodillo en la mano, preparada
para estirar la masa, cae en la cuenta de que las bolas deben tener un uso
culinario. Con una mano en cada bola intenta extender la masa. La empanada
presenta un aspecto raro, pero a su marido le gusta.
Miércoles
Maruja vuelve a
fregar las bolas para que no queden restos, de la masa del día anterior, entre
las cuerdas. Como pesan y no hacen nada, decide que las bolas son un simple
objeto de adorno, así que las coloca en el mueble del recibidor. Cuando su
marido entra en casa y las ve se alegra de tener una esposa tan atrevida. Le
propone usarlas esa noche, pero ella está tan cansada que cuando él llega al
dormitorio, cubierto únicamente con el tanga de leopardo y blandiendo las bolas
chinas en la mano, ya está dormida.
Jueves
Maruja busca
las bolas por toda la casa, finalmente las encuentra tiradas junto al tanga de
su marido. ¿Pero qué habrá estado
haciendo este hombre con las bolas? piensa apurada. A las cuatro en punto
comienza la reunión. Les piden que apunten qué les han parecido las bolas
chinas, para leer al final de la sesión la impresión que traían cuando llegaron
y evalúen los conocimientos adquiridos durante el debate. Maruja escribe: A mí no me han sido de mucha utilidad, pero a mi marido le han
encantado, esta mañana aparecieron en el baño junto a su ropa interior.