martes, 14 de mayo de 2013

APRETAR LOS PUÑOS



Mentí cuando dije que me dedicaría a mirar por la ventanilla la próxima vez que subiera al autobús. La pantalla, con esas noticias tan sorprendentes, que se repetían una y otra vez cual mensajes subliminales, me atraía poderosamente. Me llamó la atención aquella que decía: Apretar los puños podría ayudar a fortalecer la memoria. Según un estudio, este sencillo ejercicio estimularía los hemisferios del cerebro. De pronto, sin apenas percatarme, observé mis puños cerrados. Aquello de verdad funcionaba, al instante me recordó que debía cortarme las uñas porque me las estaba clavando y eso duele… ¡Huy, otro recuerdo! Las palabras con que acababa sus frases el personaje de “La Bombi”, interpretado por Fedra Lorente en el Un, dos, tres… Un repentino frenazo impulsó a un chico joven que trataba de aferrarse a la barra para no caer, eso me recordó a “Coco” cuando en Barrio Sésamo explicaba la diferencia entre delante y detrás o arriba y abajo. Pero la dichosa pantallita parecía querer ponerme a prueba, mostró la imagen de una actriz y lanzó la pregunta de: ¿Sabes de quién se trata? ¡Claro, lo tenía en la punta de la lengua! No me salía en ese momento, pensé que sería cosa de apretar más los puños. Apreté tanto que hasta creí oler el humo que salía de mis hemisferios, pero seguía sin acordarme. Dos chicas sentadas en los asientos de atrás la identificaron. Me volví para fijarme directamente en sus manos, estaban abiertas. Como consecuencia de esto no he vuelto a mirar la pantalla cuando voy en autobús, ahora me dedico a mirar por la ventanilla.